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Burano: la isla de las casas de colores
Cuando pensamos en Venecia, solemos pensar únicamente en la ciudad de los canales. Sin embargo, podríamos decir que la gran Venecia abarca más alla de la propia ciudad. En este caso comprendería también Burano, Murano o el Lido, entre otros. El archipiélago de Venecia, al fin y al cabo, comprende numerosas islas desconocidas. Y a todos estos sitios se puede llegar en vaporetto desde Venecia.
La isla de Burano es una pintoresca isla a 1h aproximadamente en vaporetto desde Venecia. Concretamente, tomaremos la línea 12 o 13 desde Fondamente Nove, que es una de las grandes paradas de vaporettos de Venecia. Lo de pintoresco le viene como anillo al dedo, ya que lo más llamativo de Burano es precisamente que las casas están pintadas cada una de llamativos colores. Cada una de un color diferente. Y es aqui, donde reside la belleza de la isla, ya que sin esta mezcolanza de colores, la isla de Burano no sería más que una humilde aldea de pescadores a la sombra de Venecia.
La isla se visita en apenas un par de horas, y concretamente, los grandes atractivos de esta isla son los siguientes:
- Las casas de colores
- La torre inclinada
- Los encajes de bolillos
Sobre los encajes de bolillos no vamos a decir nada ya que no nos interesaba demasiado. Tan sólo comentar que su elaboración ha sido tradicionalmente muy importante para la isla, y que en algún sitio del pueblo hay un museo dedicado al bolillo. De hecho, en muchas tiendas de turistas se pueden comprar artículos hechos en bolillo.
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Venecia en tiempos de Coronavirus
En un alarde de originalidad tengo que reconocer que siempre he querido visitar Venecia. Sí, yo también. Al fin y al cabo se trata de la ciudad de los canales, de los innumerables puentes y palacios, y del antiguo lujo pero también de la decadencia. Una ciudad rica en historia y tradiciones, y por si esto fuera poco, realmente fotogénica. Es una ciudad única en el mundo y que tenemos prácticamente aqui al lado. ¿Quién entonces no querría visitarla?
Y es aquí donde empieza el problema: todo el mundo quiere visitar Venecia. Motivo por el cual la belleza de la ciudad se convierte maliciosamente en su mayor amenaza: una ciudad que a pesar de haber sobrevivido a innumerables guerras, epidemias, crisis e inundaciones… está sucumbiendo al turismo de masas armado de palos selfie y maletas con ruedas.
Las imágenes de turistas asediando la ciudad, abarrotando las calles y haciendo cola en los sitios más conocidos para hacerse una foto son sobradamente conocidas. Y es este en el fondo el motivo por el cual, a pesar de que siempre había querido visitar Venecia, nunca lo había hecho. Hasta ahora.