Rutas por la selva bávara
Mundialmente conocida es la selva negra, pero ya no tanto es la selva bávara (o Bayerischer Wald), y sin embargo, forma parte de una de las mayores masas forestales de Europa central.
La selva bávara (o bosque bávaro) se encuentra en la frontera entre Baviera y la República Checa. Aunque nos refiramos aqui como la selva bávara, en realidad el bosque también continúa mucho más alla en el lado checo. De hecho, la parte checa es conocida como la Selva de Bohemia. Como es de presuponer, esta división es meramente artificial, siendo en conjunto un bosque bastante homogéneo con pocas diferencias a ambos lados de la frontera. En conjunto, forman la mayor masa forestal continuada de Europa central.
La selva bávara es parque nacional desde 1970, y su máxima es: «mantener el bosque intacto». Lo que viene a significar que la naturaleza campa a sus anchas. Salvando unas pequeñas carreteras que hay para acceso a las zonas interiores del bosque, y las rutas de senderismo, el bosque permanece intacto. Si se cae un árbol ahí se queda. Esto por otro lado, tiene su lado negativo como ya veremos más adelante.
Visitamos la selva bávara a mediados de junio, y debido al calor que hacía, nuestra visita a la selva bávara no fue tan extensa como nos hubiera gustado. Básicamente se centra en la Martinsklause y el Große Rachel.
Martinsklause
La ruta hacia la Martinsklause es muy sencilla y un perfecto resumen de lo que puedes esperar del resto del bosque. Consiste en apenas 4kms a pie, contando ida y vuelta, y el camino no es para nada complicado.
Aparcando el coche en el parking, no hay más que caminar unos 700m hasta llegar a la Martinsklause, que es una pequeña presa en medio del bosque. Un sitio perfecto para tomar el bocadillo.
Decidimos igualmente continuar hasta el Teufelsloch, que es una pequeña montaña rocosa que recuerda un poco a un bosque de piedra. Es bonito, pero el calor del día y la cantidad de gente por esta zona nos quitan las ganas de continuar.
Rachelweg
El Rachelweg es una ruta circular que sube hasta el monte Groß Rachel (pronunciése ‘Rajel’, no ‘Reichel’). En esta ocasión, en lugar de tomar el coche tomamos el Igelbus, que es un autobús gratutito que te lleva desde los pueblos cercanos al interior del parque.
Partiendo desde la parada de bus, entramos en un sendero muy frondoso y lleno de sombra. Al principio es todo llano pero pronto empezaremos a subir una cuesta muy larga y de una pendiente importante. Comenzamos a subir para llegar a la cima del Groß Rachel.
Al poco de empezar a subir, algo ocurre, y es que de repente desaparecen los árboles. Entramos entonces en un descampado bajo un sol abrasador. A los lados, multitud de árboles muertos. Al parecer una enorme plaga causada por escolotinos ha arrasado grandes extensiones del parque. Y debido a la política de no intervención, los estragos han sido importantes, aunque al parecer la plaga está comenzando a remitir.
La cima del Große Rachel está dominada por un Cristo crucificado. Éste será el punto más alto de la ruta, comenzando desde este punto a descencer, y a los pocos kilómetros, volver a internarnos en la sombra del bosque.
En resumen, se trata de una ruta sencilla y no demasiado larga, de apenas 11Kms y 530m de desnivel acumulado. Pero lo cierto es que no es muy recomendable de hacer en los días más calurosos del año, sobre todo por la escasez de sombra en los alrededores del monte Rachel.