Primeros días en Baviera

Un par de semanas viviendo en un país nuevo no es –ni cerca- suficiente para entender lo mínimo de sus costumbres; no intento eso, sino plasmar mis primeras imágenes de esta zona que tal vez dentro de unos meses me harán reír o me seguirán “sorprendiendo” igual que ahora.

Más allá de que con casi todos podés comunicarte en inglés, es aconsejable tener un traductor a mano para confirmar lo que comprás en el supermercado o pedís en el bar; a pesar de eso hay veces que las cosas siguen igual de inentendibles:

El día comienza y termina temprano: los supermercados abren a las 7 y cierran a las 20 hs, los domingos no está abierto ni IKEA!; en el pueblo donde estamos no hay ómnibus después de las 21:05 hs! Si lo comparamos con Madrid, es como si faltara la mitad del día!

En realidad hay una diferencia muy importante con la organización del día: acá almuerzan a las 11.30-12 hs! Y claro que la cena es alrededor de las 19 hs.

El abono del transporte público (equiparable al abono mensual de Madrid) cuesta 30€ más que en Madrid.

Alquilar un apartamento es complicado: si bien tienen aproximadamente el mismo precio que en Madrid, no sólo te piden lo habitual (2 o 3 meses de fianza, el contrato de trabajo y las últimas nóminas), sino también una carta de tu trabajo que confirme que vas a estar trabajando ahí un número determinado de años, y no es raro que te pidan completar un formulario donde preguntan a quién le alquilabas anteriormente, si has tenido problemas legales con esa persona, si le debés dinero, etc.

Tanto en Múnich como en los pueblos de alrededor hay muchos más árboles que en Madrid, y eso cambia mucho el aspecto de la ciudad; pero la limpieza no es una característica de esta zona, lo que me ha sorprendido bastante.

Tienen todo numerado, y cuando digo todo es todo: los postes de la luz, los tachos de basura, etc.:

Pero lo importante es lo importante: ¡yo espero el Oktoberfest!