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Hoy, chocolate
Mudarse para vivir en otro país es difícil; pero ahora no me refiero a las decenas de cajas que hay que organizar a la partida y a la llegada, tampoco a elegir un nuevo hogar, ni a intentar aprender un idioma que jamás pensé que iba a estudiar. Me refiero a los afectos de los cuales nos alejamos: ya no estamos en su día a día y ellos tampoco están en el nuestro, al menos físicamente.
Las grandes amistades, gracias a las ganas y a la tecnología actual, siguen manteniendo una comunicación fluida, a veces más con el que ha migrado que con los que se quedan cerca. En el polo opuesto están las relaciones que se van apagando sin hacer demasiado ruido. En el medio están esas relaciones que queremos conservar; probablemente esto sea un proceso ameno y fácil si ambas partes tuvieran el mismo propósito. Pero cuando dos personas viven en diferentes países (y más aún cuando hay diferentes husos horarios y/o diferentes estaciones) la voluntad para lograr el objetivo tiene que ser aún mayor; o ¿vale una visita anual para mantener una amistad? Creo que no.
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Año 2019
Ante todo, ¡Feliz año nuevo!
Sí, ya sé que casi estamos ya en febrero, pero uno escribe cuando tiene tiempo, y hasta hoy no ha podido ser. Y punto.
Para el que no lo haya notado, 2019 es el último año de la década de los 2010. Será por tanto un año de transición hacia la tercera década del siglo XXI. Ahí es nada. Y aunque no nos demos cuenta, el mundo ha cambiado muchísimo desde el inicio del siglo: las Torres Gemelas se cayeron, el Euro entró en funcionamiento, llegó la crisis y el cuarteto de Facebook, Amazon, Google y Apple dominan el mundo. Por otro lado, China resurge con fuerza, los populismos se han abierto un hueco en el mundo y parece que volvemos a tener una especie de carrera espacial. Que por otra parte, se cumplen 50 años de la llegada del hombre a la Luna.
Lejos de todo este trascendentismo, nuestros objetivos son más humildes: hacer algo más de deporte, mejorar el inglés, aprender alemán y en definitiva, aprovechar el tiempo lo mejor posible. Objetivos y buenas intenciones que a veces quedan en nada. Pero ello no quita que haya que intentarlo. Por ello, aquí mi lista de cosas pendientes de hacer este año: