Lagos helados en Baviera
Durante estas vacaciones invernales hemos aprovechado en la medida de lo posible visitar un poco los paisajes de montaña de las cercanías. Y sin duda, lo que más nos ha sorprendido es el hecho de encontrar lagos enormes completamente congelados. Concretamente hablamos del lago Spitzingsee y en menor medida, del Eibsee.
El lago Spitzingsee
A primeros de nuestras vacaciones de navidad visitamos este lago por el mero hecho de ver un poco de nieve. Se trata de un lago más bien pequeño, pero que está encajado entre montañas y a bastante altura. Concretamente este lago se encuntra a 1084m de altitud. Comparativamente, el lago Schliersee que apenas se encuentra a 5kms se encuntra unos 400m por debajo. Hay, por cierto, una ruta de senderismo que conecta ambos lagos.
El lago se encuentra rodeado por un pequeño paseo de unos 3km con el que puedes dar una vuelta completa sobre el lago. A sus orillas hay no pocos hoteles de montaña. Y es que, por la propia altura del lago y las montañas de alrededor, hay una pista de esquí que recibe el nombre tan original de Spitzingsee. Esto es, igual que el lago y a su vez igual que el pueblo que hay junto al lago.
Con tantos hoteles y pistas de esquí en los alrededores, el lago Spitzingsee es un sitio muy turístico, al menos en lo que debería de haber sido un invierno normal. En este invierno del Coronavirus todo está cerrado en Alemania. Sin embargo, lo que no sabíamos es que este lago es especialmente conocido porque es común que se hiele durante los meses más fríos del invierno. De hecho, en la primera visita que hicimos al lago ya había algunas zonas del lago cubiertas por una pequeña capa de hielo.
Apenas dos semanas después de nuestra primera visita al lago nos sorprendimos enormemente porque el lago había desaparecido completamente dejando en su lugar una enorme masa de hielo y nieve repleta de gente patinando y jugando con trineos o al hockey sobre hielo. Si no hubiéramos visitado el mismo lugar apenas unas semanas antes, no nos hubiéramos creído que debajo de todo esto había un lago.
Particularmente llamativo era el hecho de ver como la gente hacía sus propias parcelas para jugar al hockey sobre hielo o sus pistas de patinaje. Y es que todo el lago en su mayor parte se encontraba dividido en pequeñas parcelas para el uso y disfrute privado de cada grupo. Supongo que también es una forma de mantener la distancia de seguridad.
Otra cosa que nos llamó la atención es que de vez en cuando encontrábamos pequeños agujeros hecho sobre la capa de hielo, como si se tratara de esquimales pescando sobre el hielo. En estos agujeros se podía ver el grosor exacto de la capa de hielo, y lo cierto es que apenas era de unos 10-15cms. Sorprende pensar que la distancia que separa tus pies de los peces son apenas 15cms.
El lago Eibsee
En otra de nuestras excursiones visitamos el lago Eibsee, que es quizás uno de los lagos más bonitos de Baviera. Se trata de un lago que está justo debajo del Zugspitze (la montaña más alta de Alemania), por lo que ya de por sí el paisaje es majestuoso.
Por otra parte, el lago está todo rodeado de arbolitos y el ambiente, en este caso, es más salvaje que en otros lagos más cercanos a pueblos. La única construcción que podemos encontrar en sus orillas es un pequeño hotel.
El Eibsee, comparado con el Sptizingsee es al menos unas 3 veces más grande. Su perímetro en este caso es de unos 8kms, y nuevamente se puede rodear usando un camino de tierra (o hielo). Al contrario que el Spitzingsee, el lago Eibsee no estaba congelado completamente. Más o menos un tercio de su superficie contaba con una capa de hielo, pero el hecho de que no hubiera nadie encima de ella era indicativo que no debía ser demasiado sólida.
Lo que sí que estaba helado era el Frillensee, que es una pequeña laguna de apenas 100m en los aledaños del Eibsee.
En este caso, el Frillensee sí que era seguro de caminar sobre su superficie.
Nuevamente es sorprendente la sensación de caminar sobre el hielo a sabiendas que debajo hay un lago.