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La Catedral de Múnich

También conocida como Frauenkirche, que vendría a significar algo como “catedral de nuestra señora”, es sin duda el edificio más imponente del centro de Múnich. Para los viajeros más despistados, sus dos altas torres sirven de referencia cuando caminas por el centro de la ciudad. 

No hay pérdida ninguna en el camino a la catedral

A pesar de su tamaño, tanto su interior como su exterior son muy modestos, cosa que llama la atención en una ciudad tan tradicionalmente rica como es Múnich. En muchas otras ciudades del mundo las catedrales son un reflejo de la riqueza de la ciudad, bien la riqueza actual, o bien la riqueza de antaño. Sin ningún atisbo de duda éste no es el caso de Múnich, y creo que puedo afirmar que las catedrales de algunas pequeñas ciudades de España tales como Segovia, Burgos o incluso Sigüenza pueden rivalizar en tamaño y riqueza con la de Múnich. Quizás en este sentido los alemanes han sido más prácticos y pensaron en mejores formas de gastarse el dinero. ¿Quizás en cerveza?

Exterior de la catedral
De Diliff – Trabajo propio, CC BY 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5825439

El exterior de la catedral es de ladrillo rojo y con grandes tejados de teja roja, con pocas florituras que nada tienen que ver con los estilos góticos de las catedrales. Arquitectónicamente su estilo se define como “gótico tardío”. El hecho de ser muy sencilla tiene sus ventajas, y es que sólo tardó 20 años en construirse. Lo más llamativo de la catedral en sin duda las dos cúpulas verdes de sus torres de estilo bizantino, que nada tienen que ver con el resto de la estética de la catedral y que se han convertido en el símbolo de la ciudad de Múnich.

Interior, simple y sobrio, pero muy iluminado

Ya en el interior, nos encontramos con una gran nave central y con dos laterales, de altos techos y toda entera pintada de blanco. Esto unido a los grandes ventanales que tiene en ambos laterales le da un aspecto muy iluminado y agradable. En cuanto a su decoración, poco hay que comentar salvando un par de vidrieras que se salvaron de la Segunda Guerra Mundial.

Algunas curiosidades:

  • La catedral fue muy gravemente dañada durante la Segunda Guerra Mundial, pero la mayor parte de ella ha sido reconstruida de forma fiel al original. ¡Otra ventaja de la decoración sobria y simple!
  • Nuevamente, durante la  Segunda Guerra Mundial, la catedral de Múnich sirvió de refugio para judíos que se escondieron allí para huir de las persecuciones. En modo de agradecimiento, estos judíos colaboraron en su reconstrucción al finalizar la guerra. Este hecho es recordado por una estrella de David en el techo de la catedral.
  • En la cripta de la catedral, se encuentra enterrado el emperador Luis IV de Baviera, así como otras figuras importantes de la ciudad.

Pero lo más famoso sin duda de la catedral es que el diablo dejó su huella en ella: cuenta la leyenda que cuando se finalizó la catedral, el diablo se presentó en la catedral para verla y de paso destruirla. Pero cuando éste entró, se encontró un edificio oscuro y sin ventanas, así que lo perdonó porque la gente no acudiría a rezar a un edificio así. Pero el demonio fue engañado por el arquitecto, ya que desde el punto donde está la huella no se visualiza ninguna de las numerosas ventanas que tiene la catedral. Cuando el demonio descubrió el engaño la catedral ya había sido consagrada, así que en venganza dejó la marca de su pisada.

La huella del diablo

Las torres de la catedral se pueden visitar y desde su vista se puede ver toda la ciudad. Lamentablemente ahora mismo están en restauración y sin fecha para su reapertura. En fin, otra vez será.