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Memorial del campo de concentración de Dachau
El campo de concentración de Dachau fue el primero en crearse (1933) y uno de los últimos en ser liberado (1945). Se dice que fue el prototipo a seguir para los demás campos en cuanto a organización y normas que allí se aplicaban, y una escuela de violencia para los miembros de las SS.
Los primeros prisioneros fueron de índole política: alemanes comunistas y social-demócratas que estaban contra el régimen de Hitler. Más tarde también estuvieron presos gitanos, homosexuales, testigos de Jehová, sacerdotes católicos contrarios al nacional-socialismo, judíos, emigrantes (por ejemplo españoles que habían huido del régimen franquista y que eran apresados por tropas de Hitler en otros países), criminales comunes, personas sin techo, alcohólicos o drogadictos.
Cada prisionero tenía un distintivo en su camisa: un triángulo invertido cuyo color variaba según el grupo al que pertenecía: rojo para presos políticos, marrón para gitanos, rosado para homosexuales, lila para testigos de Jehová, azul para emigrantes, verde para criminales comunes, negro para personas sin techo, alcohólicos o drogadictos; si la persona era judía, al distintivo anterior se le superponía un triángulo amarillo, formando así la estrella de David.
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¿Qué es un Krapfen?
Desde hace cosa de un par de semanas en todas las pastelerías, cafeterías, panaderías y demás sitios varios han empezado a aparecer como setas los famosos krapfens. Famosos en su casa, porque yo es la primera vez que los oigo. Pero ya que los alemanes se vuelven locos con estos pastelitos, creo que merece la pena indagar un poco más.
A efectos prácticos, un krapfen no es más que la típica berlina o berlinesa que puedes encontrar en cualquier pastelería de España. En otros sitios también se conocen como bolas de fraile o suspiros de monja. Cualquier nombre se refiere esencialmente a lo mismo: una bola de masa esponjosa recubierta de azúcar glass. Esta sería la versión normal, pero luego hay cientos de variantes: rellenos de mermelada, chocolate, crema pastelera, etc. o recubiertos de caramelos, frutos secos, glaseados, … vamos, lo que se te ocurra.
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La Catedral de Múnich
También conocida como Frauenkirche, que vendría a significar algo como “catedral de nuestra señora”, es sin duda el edificio más imponente del centro de Múnich. Para los viajeros más despistados, sus dos altas torres sirven de referencia cuando caminas por el centro de la ciudad.
A pesar de su tamaño, tanto su interior como su exterior son muy modestos, cosa que llama la atención en una ciudad tan tradicionalmente rica como es Múnich. En muchas otras ciudades del mundo las catedrales son un reflejo de la riqueza de la ciudad, bien la riqueza actual, o bien la riqueza de antaño. Sin ningún atisbo de duda éste no es el caso de Múnich, y creo que puedo afirmar que las catedrales de algunas pequeñas ciudades de España tales como Segovia, Burgos o incluso Sigüenza pueden rivalizar en tamaño y riqueza con la de Múnich. Quizás en este sentido los alemanes han sido más prácticos y pensaron en mejores formas de gastarse el dinero. ¿Quizás en cerveza?
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Deutsches Museum Verkehrszentrum
¡Comenzamos nuestra recorrida por los museos de Múnich!
El Verkehrszentrum (Centro del transporte) es un anexo del Museo Alemán (Deutsches Museum), pero separado físicamente de él: está situado al lado de Theresienwiese (donde se realiza el Oktoberfest).
En él pudimos ver una interesante muestra sobre la historia -y el posible futuro- del transporte terrestre, y también disfrutar de la construcción que lo alberga, construida entre 1865 y 1916.
Tiene 3 sectores: en el primero hay sobre todo autos, en el segundo hay trenes, y en el tercero hay autos de competición, bicicletas y un amplio espacio de entretenimiento para niños. Por ese espacio, por la temática, y porque hay sectores didácticos orientados a los más chicos, es muy recomendable para cuando hay menores en la familia.
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Joyas gastronómicas de Alemania
Que los alemanes nos sacan años de ventaja no lo duda nadie. Al fin y al cabo, como ya hemos comentado antes, son líderes mundiales en automoción, química, farmacia, óptica, … y paro de contar. Y a nivel gastronómico son archi conocidos por sus salchichas y su cerveza.
Pero ahí no acaba la historia de la supremacía alemana. Y es que, en el supermercado te puedes encontrar cosas que podemos considerar, cuanto menos, curiosas.